En una familia, la abuela, luego la madre y finalmente la nieta, cada vez que cocinaban pescado al horno le cortaban la cabeza.
Un día la nieta se preguntó cuál era el motivo de cortarle la cabeza al pescado. Entonces decidió preguntarle a su madre. La respuesta fue: “no lo sé, lo hago así porque así lo hacía mi madre”.
Así fue que la nieta consultó a su abuela cuál era el motivo de esa costumbre que se había transmitido de generación en generación y la respuesta fue: “Le corto la cabeza al pescado porque mi bandeja es pequeña y no entra entero”.
Este cuento me hizo reflexionar, cuantas veces nos encontramos haciendo cosas que copiamos de nuestros padres, sin pensar qué sentido tiene hacerlo. Desde entonces me permito pensar si algo que hago tiene realmente sentido o si es parte de alguna costumbre heredada o aprendida sin cuestionarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario