Hay cosas que aprendemos sin proponérnoslo y damos por hecho que todos conocen. Es el caso de anoche que, contando historias en una reunión familiar, me sorprendió sobremanera nadie supiera que los animales “hacen” (emiten sonidos) de diferente manera según el idioma que se esté hablando. Esto onomatopéyicamente hablando; o sea, en términos de la imitación o recreación de los sonidos de la naturaleza utilizando un vocablo. Fue muy difícil explicarlo, porque en la mente de todos está que los animales tienen un mismo “idioma” alrededor del mundo. Sin embargo, somos los seres humanos los que hacemos mención de ello y todos nosotros no hablamos el mismo idioma. Fue recién anoche que caí en cuenta de que yo lo aprendí de manera casual y que, inclusive a pesar de vivir un tiempo en Europa, tampoco nunca lo había notado.
Hace algunos años, me alojé en casa de unos primos en EE.UU. y en ella había estudiantes extranjeros de inglés de al menos 6 países de diferente habla. Una noche, creo que por motivo de un cumpleaños, cenábamos todos juntos, incluyendo a la esposa húngara de uno de mis primos y a un amigo del dueño de casa que había vivido muchos años en China. La sobremesa no prometía ser muy buena porque sólo nos podíamos comunicar en inglés y el nivel de todos nosotros era muy bajo, excepto el inglés del dueño de casa y el de su amigo que eran nativos. Entonces, fue que alguien llamó al gato en inglés kitty-kitty-kitty! y yo dije: ¡Hey! en mi país decimos “michi-michi-michi” para llamarlos. No tenía idea que con ese comentario se iba a desencadenar una de las sobremesas más interesantes que he tenido en mi vida. Cada uno de los comensales comenzó a decir cómo se llamaba a los gatos en su país: “tsits-tsits-tsits” en Hungría, “kis-kis-kis” en Rusia, “minou-minou-minou” en Francia, “miez-miez-miez” en Alemania, “kitschi-kitschi-kitschi” en Polonia, “miao-miao-miao” en China, “neko-chan-oide” en Japón, etc. Y resulta que no tiene que ver exactamente con el idioma, sino con el lugar; porque, por ejemplo, en EE.UU. llaman a los gatos diciendo “kitty-kitty-kitty”, pero en Inglaterra “chh,chh,chh” y en Australia “puss-puss-puss”. Todos de tres repeticiones, extraño ¿No?
Bueno, la conversación no quedó allí obviamente. Pasamos a cómo canta el gallo, cómo maúlla el gato, cómo ladra el perro y, en fin, todos los animales que pudimos recordar. De los animales proseguimos con la canción de cumpleaños, el sonido de los autos, motos, aviones, barcos, etc. De allí al viento, el mar, las bombas, cómo suenan las puertas y todo aquello que emite un sonido en este mundo. Obviamente no podría recordar gran parte de toda la conversación, pero no me cabe duda de que fue una gran velada, que hoy podría parecer no tan especial por el desarrollo de la información con que contamos por Internet.
Gracias a Dios hoy en día existe YouTube porque deploro no poder demostrar algo. Aquí les dejo el único vídeo decente que pude encontrar en Internet al respecto; aunque sólo habla de los animales. Antes de verlo, pónganme un “me gusta” porque después se olvidan y me desmotivo, ya me conocen, jajaja.
https://www.youtube.com/watch?v=UP_gkdfWRts