¡PELIGRO! ¡POST EXTENSO!
(pero buenísimo)
Me llama la atención, el por qué la tradición y la leyenda se impusieron en la explicación etimológica de la palabra Arequipa.
El nombre Arequepay lo llevan hoteles, restaurantes, negocios diversos y hasta una canción de Chabuca Granda. Es mencionado en medios escritos y expuesto por los guías de turismo a cuanto visitante les es posible. Etimológicamente hablando, probablemente sea el significado más difundido en el Perú.
Cuenta la tradición mencionada, que los soldados del Inca Mayta Cápac le pidieron permiso para quedarse en el valle del río Chili porque quedaron maravillados por la belleza del paisaje y la suavidad del clima. Y según esta leyenda, el inca respondió "Ari qhipay" ("Sí, quedaos" en quechua).
Quisiera hacer algunas observaciones que podrían contradecir esto:
Si queremos decir sí en quechua, no se dice Ari sino Arí, con tílde. Las palabras quechuas son graves. No hay palabras esdrújulas o sobreesdrújulas; tampoco hay palabras agudas, salvo estas pocas excepciones: las que llevan el sufijo conjetural chá; unas 8 interjecciones; y un par de palabras que expresan afirmación, Hinayá y Arí.
Mayta Cápac, el cuarto inca, no llegó nunca con un ejército a Arequipa. Perteneció a la fase conocida como Curacazgo del Cusco. Fue Pachacútec, el octavo Inca, el que comenzó con la fase de expansión, llamada también Tahuantinsuyo o Imperio.
Difícil que el inca haya hablado con sus soldados. El Inca jamás tenía trato directo con el pueblo; ni siquiera se le podía mirar a los ojos. Era asistido por familiares, funcionarios y sacerdotes de la nobleza.
La nobleza Inca no hablaba quechua sino puquina que era su lengua críptica; lengua hoy extinta pero de la cual quedan muchos nombres conocidos. El quechua y el aimara eran las lenguas del pueblo.
Una de las características más importantes de nuestra toponimia indígena (o sea los nombres de lugares habitados y no habitados, incluidos ríos, montañas, lagos, etc.) es que indicaban claramente las características físicas del lugar y eran inmediatamente comprensibles para el que hablaba la lengua. No tienen relación con personajes históricos, míticos, religiosos, de situaciones ni menos de acciones, como este caso en particular. Ese es un concepto español y occidental.
Es occidental también el pensar que un súbdito le pudiese decir al Inca: “Jefe, nos cansamos, este valle está muy templado y muy bonito. Nos quedamos”. Peor aún que el Inca le responda: “Quédense, yo me regreso solo y si pasa algo yo mismo soy”.
A muchos nombres propios de lugares y personajes de nuestra cultura andina se les ha querido dar una explicación buscando un origen quechua; pero aquí se incurre en un grave error (aunque podría ser que efectivamente este nombre provenga del quechua). Es verdad que muchos de los lugares en esta parte del sub continente tienen nombre quechua, pero no todos son los nombres originarios. Y esto se dio porque los curas españoles evangelizaron en quechua, ya que era la lengua más comprensible por los antiguos peruanos, y eran estos curas los encargados de elaborar los mapas utilizados en su evangelización. Pero a la llegada de los españoles se estima que las lenguas habladas en el Tahuantinsuyo y en la Amazonia eran más de 300.
Lo que parece ser cierto es que es un nombre que viene de una lengua del lugar (se habló proto-quechua, puquina y aimara en la zona). También que es un nombre formado por dos palabras como la mayoría de los nombres andinos y que tiene que ver con una característica del lugar.
Todo aquel que ha estado en Arequipa y contempla los alrededores del valle puede decir sin la menor duda que la característica más resaltante es la majestuosidad de su volcán. Y existen otras teorías que explican el nombre en este sentido:
- El Padre Valera afirma que Arequipa, es voz aimara y significa “Trompeta Sonora”.
- Según Middendorf y Kimmichi, la palabra Arequipa no es quechua sino aimara, significando “Ari” (cumbre) y “Queppa” (detrás); de donde se infiere que Arequipa significa ciudad situada detrás de la cumbre.
- El bibliógrafo boliviano Acosta sostiene igualmente el origen aimara de la palabra Arequipa, diciendo que “Ari” significa filo y “Quepa” detrás; esto es detrás del borde de la cordillera.
- Mi abuela, Laura Ladrón de Guevara de las Casas, que escribió un extenso diccionario trilingüe Español-Quechua-Inglés, solía decir que Arequipa provenía de dos voces quechuas, “Areq” (Volcán) y Qhepapi (detrás de); o sea, la ciudad que está “detrás del volcán” viniendo en dirección de la región de habla quechua.
Como dato adicional, que quizá pueda reforzar esta teoría, quisiera hablar del término Characato. El escritor Chalaco Tauro del Pino (nacido en el siglo XX y que nunca fue quechua hablante), nuevamente forzando un origen quechua, dice que el término Characato proviene del quechua “saraqato” (venta de maíz). Otra vez dándole un significado proveniente de una acción y haciendo una comparación forzada. Lo curioso es que Martha Hildebrant se apoya en esta etimología cuando explica que la palabra también se utiliza como gentilicio familiar de Arequipa (como ustedes saben, a los arequipeños se les dice characatos). Cuando lo dice alguien con renombre, se lo da por hecho sin ningún análisis adicional.
Sin embargo, dentro de los pocos datos registrados de la lengua puquina por un fraile a comienzos de la colonia se encontró que “characato” significa cerro luminoso o cumbre reluciente. Es que a mi parecer no habría otra forma de nombrar a este valle dentro del imaginario andino sin hacer alusión al volcán. Esta era la lengua de la cultura Tiahuanaco que ocupó esa región antes de los incas.
Como dijo Ricardo Palma: "No soy muy entendido en el tema...Si hay quien lo explique mejor, que levante el dedo».
Aporte de: HVG
Anotaciones Extra:
Cuando los Incas en el gobierno de Pachacútec inician su política expansionista más o menos el año 1450 D.C., envían un ejército hacia el norte y otro hacia el sur de lo que sería el Imperio del Tawantinsuyu y el ejército del Sur llega a las inmediaciones de la actual ciudad de Arequipa que, viniendo del Cusco, queda justamente detrás del volcán Misti. De allí el nombre.
Aporte de: Carlos Guzmán Ladrón de Guevara
Doctor en antropología
Doctor en antropología
No hay comentarios:
Publicar un comentario